14-11-2014
¿ERA ESTO LA TRANSPARENCIA?
Los
parlamentarios se mosquean, es que se alzan voces entre la ciudadanía que piden
que se controle el uso del dinero público. Y, ellos, acostumbrados a rendir
cuentas, únicamente, a su buena fe y a la gran honorabilidad que atesoran,
están, ahora, que trinan. ¿Quiénes son esos plebeyos que osan pedir justificaciones
por pamplinas, sobrantes y calderilla? Total, ¿qué son, por ejemplo, treinta y
tantos viajes a Tenerife para visitar a la amante, si, entre todos, no tocamos
a nada? Esta semana, daba la impresión que se estaba fraguando la rebelión de
los jetas. Recuerdo al chulesco vicealcalde de Valencia, imputado en el caso
Nóos. El buen hombre, que convocó una rueda de prensa por ese motivo, negó su
imputación. Preguntado por el motivo de la rueda de prensa, si no estaba
imputado, el vicealcalde contestó, cabreado: “La convoco porque me da la gana”.
Así me gusta, con un par. En torno a los viajes de placer de José Antonio Monago con destino a
Tenerife, el presidente del Congreso, Jesús
Posada, se manifestó raudo para clarificar que él no estaba dispuesto a
vigilar los viajes de los congresistas, alegando qué, ni el Congreso (ni
tampoco el Senado, del que seguimos sin saber para qué sirve), eran colegios, y
los parlamentarios son mayores de edad. Lo que digo, con un par. Todos estos
detalles (traducir por: fechorías, tropelías, engañifas, corruptelas, excesos,
abusos, etc.), parecen ser los últimos coletazos de un sistema desguazado,
putrefacto y corrompido, eso sí, amparado por una Constitución, redactada,
entre otros, por Martín Villa, al
que la Interpol intenta detener por la matanza del 3 de marzo en Vitoria, junto
a otro montón de franquistas, entre ellos, el suegro de Gallardón. ¡Ahí es nada!
J.V.G.
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| Martín Villa, uno de los padres de la Constitución |
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