1-3-2013
¿CASTELLANOLEONESES?
Esta semana se han cumplido 30 años desde que ese
invento llamado Castilla y León se puso en marcha. Pero, aún hoy, después de
todo este tiempo, la mayoría de nosotros seguimos sin tener ni conciencia ni
sentimiento de pertenencia. Tanto es así, que la Fundación Villalar,
subvencionada por la Junta y que cuenta con más de un millón y medio de euros,
limita sus objetivos a un único fin, crear ese sentimiento entre la ciudadanía.
Para eso no hay recortes. Es cierto que últimamente se levantan voces en contra,
como justificación, han dado en maquillar su contenido con fines dadivosos. Hay
que tener en cuenta que la señora María Josefa García Cirac es su presidenta. Y,
¡qué coincidencia!, también lo es de las Cortes de Castilla y León.
Entre las acciones de esta Fundación, está el
vendernos un acople histórico de las dos regiones, que si en el pasado en algo
estuvieron unidas fue en la lucha, pero contra ellas mismas. El reino leonés, o
antes asturleonés, se convirtió, en momentos históricos, en el reino más
importante de la península. El condado de Castilla, que se hizo reino en la
primera mitad del siglo XI, estuvo regido bajo la misma corona, pero León y
Castilla nunca disfrutaron de un hermanamiento pacífico.
Con el tiempo, los castellanos, más poderosos,
degradaron al reino rival y, por ende, a sus provincias. Su éxito fue tal que
basta decir que nuestra ciudad cuenta con una calle, un colegio y un hotel
dedicado al rey castellano Sancho II, gran devastador de Zamora, que sería lo
mismo que dedicárselos a Bin Laden en Nueva York.
En el pasado, el reino de León abarcaba las tierras
asturianas. Esa pudo ser otra alternativa y ahora seríamos asturleoneses. Es posible
que no hubiera cambiado nada, pero, por lo menos, tendríamos playa.
J:V:G:
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