jueves, 24 de enero de 2013

AJOS COMEN, TRASTORNO BIPOLAR, columna publicada en El Día de Zamora.
25-1-2013

TRASTORNO BIPOLAR
Recuerdo una pregunta que le hicieron en la radio a un amigo mío, director de teatro, para más señas, dos días antes de las últimas elecciones generales.
–¿Qué le pedirías al próximo gobierno que salga de las urnas?
La contestación fue fulminante, ilustrada y precisa:
–La dimisión –dijo sin ruborizarse. Después, ni corto ni perezoso, aclaró el porqué de su respuesta, pero si cuento eso, diríais que tengo un amigo pitoniso.
Insisto, faltaban dos días para las elecciones, y por lo tanto, para saber quiénes serían nuestros gobernantes, aunque, obviamente, todos lo sospechábamos.
Traigo esto a colación, querido lector, para mostrar la confianza que tenemos en los políticos, es decir, ninguna. Pero, el verdadero problema de esta desafección en el sistema político no son ellos –que también–, son las obscenas leyes que permiten el ultraje, desde dentro, a la verdadera democracia, que se descubre despótica, siniestra y cruel, donde los rateros siguen en sus cargos, los mentirosos con sus mentiras y los corruptos con sus corruptelas. Y esas leyes, cuyos principios sufren profundos trastornos bipolares –PP, PSOE, aunque sus polos tampoco anden muy lejos–, ¿quién las puede cambiar? Ahí está el dilema, pues son ellos mismos, qué bien se han sabido repartir el pastel, los que tienen la llave para forjar un sistema justo. O sea, que es como combatir la anorexia con una huelga de hambre indefinida, lo mismo que poner al zorro a cuidar el gallinero o igual que darle a un juez la potestad de juzgar su propio delito. 

J.V.G.

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